Este blog va a hablar de historia mexicana. Particularmente de historia mexicana prehispánica y muy probablemente va a tener un enfoque mayor sobre la cultura mexica. Lo que va a diferenciar el enfoque de este blog del enfoque común que se usa para abordar la cultura mexicana, es que aquí se va a tratar de relatar, analizar y comprender nuestra historia desde una perspectiva mexicana. Aquí no se va a tratar de explicar el inframundo mexica con La divina comedia, no se va a contar la historia de "la inmaculada concepción de Coatlicue", ni se van a tratar de pasar como "costumbres ancestrales mexicanas" los textos de catecismo de Sahagún.
Aquí se va a tratar de contar, entender y explicar la cultura y la historia mexicana como la vivieron los mexicanos, no como la malentendieron los conquistadores y catequizadores, ni como la tergiversaron (a menudo involuntariamente) los investigadores y los académicos.
Es una tarea difícil, pero la principal herramienta está ahí, a la mano, y pareciera ser la menos utilizada: los descendientes directos de los mexicanos del siglo XIV siguen vivos y siguen manteniendo sus creencias y guardando su historia. La semilla de la flor de la palabra sigue ahí. Tenemos el manantial a un pasito, por así decirlo, y seguimos importando agua embotellada.
A estas alturas ya ha quedado clarísimo que si tratamos de explicar a México a través de Humboldt y Prescott nos salen unos mexicanos que se parecen más a los caníbales de los libros europeos de ficción del siglo XVIII que a los mexicanos verdaderos del siglo XIV. Si seguimos tratando de explicar la mitología mexicana con metáforas bíblicas el resultado es que los mexicas parecen más católicos que los jesuitas. El gran riesgo, dicho en una sola frase, es que si nos seguimos explicando mal, nos vamos a seguir entendiendo mal.
Es comprensible que después de la catástrofe que significó el choque cultural del siglo XVI y después del oscurantismo de la colonia los primeros acercamientos fueran a tropezones y con más fallas que aciertos. Pero hoy estamos en el siglo XXI y a las explicaciones simplistas de los primeras generaciones de investigadores ya hace tiempo que se les ven las costuras.
Ahora ha llegado el momento de proponer un nuevo enfoque: ¿qué tal explicar nuestro mundo en nuestros propios términos?
martes, 5 de mayo de 2009
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Un puñote de polvito de citlallis para ti. que tengas siempre una lucecita que te acompañe. voy a disfrutar mucho leer este blog.
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